jueves, 31 de diciembre de 2009

LLegar a Punta Arenas, toda una odisea...

La aventura ha comenzado de forma un tanto accidentada. Todo marchaba según lo previsto hasta que en el avión hemos notado que las azafatas estaban un tanto nerviosas y que por megafonía llamaban a un médico a la cabina. Cuando ya llevábamos 4 horas de vuelo, en las pantallas de televisión (que van provistas de un sistema de posicionamiento) vemos que el avión ha cambiado de rumbo 180 grados, es decir, que volvíamos hacia España.
El asunto fue que a un pasajero le había dado un infarto y otro estaba deshidratado por causa de mareos, por lo que había que evacuarlos y el aeropuerto más cercano era el de Las Palmas de Gran Canaria. Así que volvíamos hacia atrás…Una de estas personas fue evacuada (estable dentro de la gravedad) y después de hora y media salíamos otra vez rumbo a Santiago de Chile.
Cuando estábamos entrando en la costa de Sudamérica llegaba la segunda sorpresa, nos informaban que la tripulación había cumplido el número máximo de horas permitidas de vuelo y que tenían que ser sustituidos. Nos informan de que vamos a parar en Sao Paulo y que subirá una nueva tripulación.
Después de otra hora y media en Sao Paulo, ponemos rumbo a Santiago, llegando a las 22:30 hora española, después de un vuelo que ha tenido una duración de 22 horas, cuando tendría que haber durado 13. Por supuesto hemos perdido nuestra conexión con el vuelo que nos tendría que llevar a Punta Arenas, así que nos hemos venido a un hotel hasta que salga el siguiente vuelo que será a las 4 de la mañana (hora española).
Confiamos en llegar a nuestro destino esta noche, después de más de un día dentro de un avión…

0 comentarios:

Publicar un comentario